Maldita pandemia!!!. Parece que estamos perdiendo la esencia, pero no es así. No se trata de reinventarnos, se trata de ofrecer lo que sabemos hacer y hacemos normalmente adaptandonos a esta situación tan incómoda para todos y tratando de cogernos a un clavo ardiendo para seguir manteniendo con nuestros clientes esa complicidad que siempre hemos llevado.
La Restauración no necesita reinventarse, solo adaptarse a esta circustancia y por un tiempo definido, porque a lo que nosotros nos gusta es que nos sirvan, disfrutar sin tener que preocuparnos de calentar, hervir, etc. No vamos a los restaurantes para hervir, marcar al horno, o calentar en el microhondas. Vamos a disfrutar de una buena comida con una presentación excelente y para incarle el diente a lo que hayamos decidido pedir. Disfrutamos ese momento en el que nos sirven el vino, nos presentan el plato y dialogamos con nuestra compañía. Disfrutamos de ese momento en el que el servicio desala nos pregunta y opinamos, en el momento en el que el chef trata de evaluar su trabajo y conversa con nosotros y nos cuenta la historia del plato, del producto o de como lo ha hecho.
Por lo tanto no nos equivoquemos. En la restauración no es necesario reinventarse y yo personalmente así lo creo. Volverán esos tiempos en los que hacíamos lo que nos apetecía sin restrinciones y sin parapetos en la boca o en la nariz. Puede que pase un año o dos, pero la gente perderá el miedo y empezará a distinguir en lo que es seguro y lo que carece de esa seguridad.
En esta pandemia debía de haber algún chivo expiatorio y si, esta vez le ha tocado al sector que más relaciones sociales tiene a la hostelería y a la restauración.
Gracias Estados, por tratarnos como los líderes de la transmisión vírica. Algunos han compensado y otros como el nuestro de momento nada de nada. Bueno si, el chocolate del loro para que nos callemos. Ya estamos saliendo a reclamar lo que nos han quitado. Esperemos que se nos tome en serio.
Y para concluir y en homenaje a todos los compañeros y compañeras del sector, solo me queda decir que MUCHO ÁNIMO y un poco de paciencia. Es duro muy duro, pero saldremos de esta y por supuesto, vale ya de tanta reinvención. No necesitamos reinventar nada, y por supuesto menos aun nuestro saber hacer en los fogones. Que nadie trate de convencernos. Abrimos en su día un restaurante y no una casa de comidas para llevar, que con toda su dignidad, tienen su especialización y su profesionalidad, pero no cumple con las expectativas nuestras. Si ahora hay que mantener un servicio de comidas para llevar y así poder darles una alternativa a nuestros clientes lo hacemos, pero no compañeros, la solución no es llenar este pais de casas de comida para llevar gourmet.